Rellenos Faciales

Los rellenos faciales son sustancias que se inyectan en la dermis o hipodermis para rellenar defectos como depresiones cutáneas, arrugas, surcos, cicatrices o atrofias de tejido. También permiten el aumento o la remodelación de ciertas zonas faciales como pómulos, mentón, labios, nariz, etc.
Estos rellenos tienden a atraer y retener agua, aportar volumen y estimula la producción de colágeno propio.Existen diferentes tipos de rellenos y de diferente duración (Ácido hialurónico, Hidroxiapatita cálcica, Ácido poliláctico, etc).
La inyección del relleno se realiza en general anestesia tópica (crema), local o regional. Tras la elección del material más adecuado, éste se implanta en el lecho de la arruga, surco o depresión que se desea rellenar. En ocasiones la cantidad implantada pueden ser necesaria en una o varias sesiones, más o menos espaciadas en el tiempo, para completar el resultado y conseguir que la piel recobre la flexibilidad y elasticidad de forma natural y según lo programado.
Cada material tiene una técnica específica de uso, que incluye la manera de ser implantado, la cantidad, profundidad, manipulación posterior, etc. La sesión puede durar entre 15 minutos y una hora.
En el caso de los materiales reabsorbibles, existe la necesidad de repetir periódicamente los implantes para mantener los resultados conseguidos. Estas repeticiones son parte del protocolo terapéutico. Informaremos al paciente antes de empezar el tratamiento.
Aunque tras la implantación de rellenos pueden aparecer rojeces o hematomas, éstos desaparecen espontáneamente y, mientras tanto, es posible ocultarlos con maquillaje. También puede aparecer una cierta inflamación local durante unos días.
Rellenos Antólogos
Si desea mejorar ciertas partes del cuerpo, sobretodo de la cara, el llamado relleno dérmico o rellenos autólogos puede inyectarse con el propósito de añadir volumen a la zona.
Autólogos, significa que ha sido tomado del propio cuerpo del paciente. Es posible usar su propia grasa o el llamado plasma rico en plaquetas, que se realiza a partir de la sangre del paciente. Cuando se usa grasa, normalmente se extrae del estómago o de las caderas, usando una pequeña cánula.
A continuación se limpia y en algunos casos se centrifuga a fin de hacerlo más líquido. Cuando se usa sangre, se toma una muestra del propio paciente y se coloca en una centrifuga. El plasma de la sangre, siendo la parte que no es líquida, se extrae y se mezcla con otros materiales para hacer el pasma rico en plaquetas (PRP).
Los beneficios de usar este material del propio cuerpo del paciente es que no existen riesgos de abultamientos en el tejido conectivo o reacciones alérgicas, al contrario que sucede con los rellenos artificiales.